20 de agosto de 2009

Rodeando las murallas de una ciudad desierta


Era el país del sol y el hambre, no era raro encontrarse (perros) ahorcados en las ramas de los árboles más viejos, en olivos, en higueras. Quien iba conmigo dijo las palabras, habló con las palabras que el alma de una bestia puede entender. Aunque hoy no recuerdo las palabras dichas en momento tan terrorífico, obraron efecto y pudimos seguir andando un trecho sin volver la vista pero completamente erizados.




Fotografía de Iker López


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