Múltiples insectos revoloteaban como estrellas, sonreían los gusanos de luz, bailaban las mariposas y los caracoles...
Al fondo, fogatas lejanas despedían humaredas de color.
Como si le hubiera despertado un puñetazo de su amigo Ernesto Hemingway, de repente vio terminado el cuadro "La masía".
Su sensibilidad estaba preparada para iniciar un nuevo modo de pintar. No tardaría en ponerse a la tarea para hacer un cuadro que iba a titularse
"Perro ladrando a la luna
"Perro ladrando a la luna
Este libro hace que se me pase de largo
la parada donde bajo,
hace de mí una persona más pensativa y
a veces río o canto
cuando voy rehaciendo el camino
*
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