8 de diciembre de 2011

Compromiso real



Una gallina y un cerdo paseaban por la carretera. 
La gallina dijo al cerdo:  “¿Quieres abrir un restaurante conmigo?”.

El cerdo consideró la propuesta y respondió: 
“Sí, me gustaría. ¿Y cómo lo llamaríamos?”. 

La gallina respondió: 
 “Huevos con beicon”. 






Vamos a ver; en ese restaurante quieren poner de menú huevos con beicón, resulta que la gallina pone huevos, entonces dona una parte sí, una parte que es suya pero que le permite seguir con su vida de gallina, coc ,coc, cooock, vale. La gallina pone un huevo y luego cacarea, bien.

En el turno del cerdo, él tiene que donar también una parte suya, por ejemplo el beicón, o el jamón; véase pata, ¿no?, y claro con ese tajo, no puede seguir como si tal cosa, ¡coñis eso duele!...   y esto no le implica simplemente sino que le compromete seriamente. La gallina se implica con su puesta de huevos y puede seguir implicándose muchas más veces, pero el cerdo si se compromete, lo va a hacer con parte de su cuerpo (qué ricas las chuletitas) y sólo lo podrá hacer una vez. Compromiso de por vida.

Entonces se comprende muy fácilmente que el cerdo, prefiera dar un menú vegetariano, tal vez. O incluso dejarse de restauraciones y probar con otro tipo de negocios.