3 de diciembre de 2011

Pasiones calladas



En el verano de 1892, Alexandr Smagin, amigo de Antón, fue a verlo a Mélijovo. Se enamoró de María y pidió su mano. Era apuesto, de trato amable. María le dijo a Antón: "Creo que me caso." Antón se quedó sin palabras y se mostró apesadumbrado. En los días siguientes, el escritor siguió sin hablar del tema con su hermana, como si no hubiese ocurrido nada. Entonces María creyó entender que la idea de que contrajera matrimonio y se marchara de casa entristecía a su hermano. Lloró mucho, pero renunció a Smagin, del mismo modo que años antes había renunciado a Isaak Levitán; en esta ocasión, con más pesar, porque se había enamorado de Smagin y porque ya no era tan joven. Con gran dolor de su alma, renunció a Smagin, que también sufrió mucho por la negativa.
Antón se sorprendió de aquel rechazo; solía decir y repetir que no sabía por qué María era contraria al matrimonio.





Natalia Ginzburg/Antón Chéjov