21 de marzo de 2012

Me he puesto un jersey, es del color de una pequeña isla




Hago altares con las cosas que encuentro en mis paseos.
Ramas, tallos, botones, piedras y la sorprendente cantidad de dos corazones rojos de plástico.
Son una parte de esos días que ya no existen sino en la estantería donde reposa lo encontrado.

Lo que el viento reune en esquinas de orfebrería


Ha llovido durante 24 horas, una cortina de agua tras la cual la gente se abriga extrañada.

En la mancha les ha caído un nevazo y parece ser que los más contentos son los chavales que no han podido ir al Instituto; los viejos practican puntería con bolas de nieve en la diana de nietos que escapan.




Voy a entregar la colcha terminada, gasté casi una madeja entera en ribetearla, ha quedado como un paisaje agrario de verano visto desde el cielo. La he envuelto en papel de regalo, es un regalo para mi hermana Cristina,  llevo el envoltorio dentro de una gran bolsa blanca de Digital Factory con las letras hinchadas como lana de la mejor oveja. 





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