Hago altares con las cosas que encuentro en mis paseos.
Ramas, tallos, botones, piedras y la sorprendente cantidad
de dos corazones rojos de plástico.
Son una parte de esos días que ya no existen sino en la
estantería donde reposa lo encontrado.
Lo que el viento reune en
esquinas de orfebrería
Ha llovido durante 24 horas, una cortina de agua tras la cual
la gente se abriga extrañada.
En la mancha les ha caído
un nevazo y parece ser que los más contentos son los chavales que no han podido ir al Instituto; los viejos practican puntería
con bolas de nieve en la diana de nietos que escapan.
Voy a entregar la colcha terminada, gasté casi una madeja
entera en ribetearla, ha quedado como un paisaje agrario de verano visto desde
el cielo. La he envuelto en papel de regalo, es un regalo para mi hermana Cristina, llevo el envoltorio dentro de una gran bolsa blanca de Digital Factory con las letras hinchadas como lana de la mejor oveja.
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